Caminar por la naturaleza, sentir los sonidos del bosque, el murmullo de las corrientes de agua discurriendo entre las piedras de los rios, ver las formas de los arboles centenarios, respirar aire puro. Son parte de esas pequeñas cosas, que ahora que tengo tiempo, cada vez valoro mas.

Cuando estas en medio del bosque solo, o en buena compañía, te sientes pequeño ante tanta inmensidad, tanta belleza, pero a la vez sientes una paz interior que nada tiene que ver con el ritmo frenético de la vida de una ciudad.

Tengo claro que no todo el mundo tiene los mismos gustos o la misma forma de vida, pero yo, mientras pueda y la salud me lo permita, intentaré practicar el senderismo por la naturaleza siempre que pueda.